Don Quijote J. Reilly

Un poquito de Kaskete para amenizar la jornada al personal! Vamos Allá!

Si hay una tradición de rancio (en el mas amplio sentido del término) arraigo en España, Portugal, la Playa de Albacete, la cornisa de Logroño, el ventorro “La Calasparreña” de Navalperal de Pinares, el archipiélago de Barbate, Andorra la Fresca, Ceuta y mis cojones en vinagre, eso son las Despedidas de Soltero.

Desde hace mas de 20 millones de años lo que han dictado los cánones y lo que no son los cánones, es que las despedidas de soltero se componen, en este orden, de las siguientes actividades:

• En el caso de los hombres:

1º.- Salir a cenar a un restaurante pinturero.
2º.- Inflarse a copas con los colegas.
3º.- IrseN muy de madrugada a varear olivos (es importante que el verbo irse acabe en N).

• En el caso de las mujeres:

1º.- Salir a cenar a un restaurante pinturero.
2º.- Inflarse a copas con las amigas.
3º.- IrseN muy tempraneras a zarandear alcornoques con un rastrillo.

Pero amigos, los tiempos cambian, y yo, Kaskete, hombre de mundología, con clase, saber estar, sangre fría y, si se me apura, fuerza, garra y poderío, no veo con buenos ojos ese mercadeo inmundo y miserable de irse de labranza casi al despuntar el alba, por mucho que se diga que en mi mas tierna infancia regenté un huertecillo de melones (que como todo el mundo saben son de secano) en mi Praga natal.

Por eso lo que haré hoy al acabar mi jornada matutina de duro trabajo pasantil, será partir hacia tierras de Ávila a festejar la despedida de soltero de un amigo en una casa rural apartada de la vil civilización. Como todos sabéis, con respecto a la civilización, es que unas pican y otras non.
¿Y a que obedece esto de perderse en mitad del monte? Pues muy fácil, porque inflarse a comer en un restaurante, por muy pinturero que sea, no es sano (Todo el mundo sabe que en las casas rurales NO se come carnaza a la brasa copiosamente), y darse al copeteo hasta las mil no es cardiosaludable (es vox populi que en las casas rurales los jóvenes NO se inflan a cubatas como si se fuera a acabar el mundo).

Por eso este fin de semana, ocho bravos y fornidos mozos nos dedicaremos a apedrear ardillas, zambullirnos en los sitios de zambullir y meditar trascendentalmente sobre el devenir existencial de nuestra puta madre en bicicleta, vamos, lo que suele hacerse en las despedidas de soltero.
Nada de beber, nada de comer, y nada de ir con malas mujeres que, por cierto, son las que están mas buenas.

Parto con la alegría que caracteriza a los hombres de buen batallar, con el corazón en un puño, pues las carreteras están de cualquier manera, y con una cinta de bellas tonadas que ya he trucado, para que durante las 2 horas y pico de viaje hacia nuestro destino, solo se oiga esta melodía, que como todos sabéis es el himno oficial de Ávila:

http://www.youtube.com/watch?v=uHZJej98_T0


¡A la vuelta os cuento, amiguitos/as!

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