Hola berdunianos de genero variado. Hace unos cuantos días estaba yo fotologeando cuando me encontré con algo que traspasó el filtro que media entre el pasotismo y la máxima atención. Era un articulo firmado por un tal "Kaskete" llamado "La Banca gana (Primera parte)". Reconozco ser soberamente vago a la hora de leerme cosas que escriba alguién que no sea yo mismo, pero el nivel de jajas que experimente con su lectura trajo consigo dos cosas, la primera el leerme varios de sus articulos con su consecuente mojadura de pantalón, y la segunda que me pusiese en contacto con el susodicho para preguntarle si nos permitiría colgar en berdu.es sus tres entradas semanales. Pues bien, kaskete aceptó encantado, y hoy me dispongo a colgar la entrada con la que encandilo a mis pupilas alcaparradas. Y me dejo de rollo, ostia ya!
La Banca Gana (Primera Parte)
Que si, que cuando cuente la martingala de hoy todo el mundo exclamará con mucho aspaviento... ¡Es verdad! ¡Que razón tienes! ¡A mi también me pasa! ¡Te pondría un piso Kaskete! ¡Estas macizo! Así que me abstendré de decir que lo que me ocurre a mi no le pasa a nadie.
Por motivos que no vienen a cuento, de un tiempo a esta parte, cada vez que veo un banco de Caja Madrid me encabrono, rezongo, refunfuño y lanzo todo tipo de juramentos. Y da lo mismo que vaya a hacer la gestión mas insignificante del mundo, de esas que liquidas en 30 segundos, y digo que da lo mismo, porque siempre, delante de ti, le toca el turno a una vieja que se tira toda la santa mañana preguntando cosas... ¿Que hay dos ventanillas? Pues dos viejas; y lo peor de todo es que no se puede quejar uno, porque si fueran una vieja y un viejo, lo mismo coincide que son los que iban pa Albacete, y casi es peor que dos viejas a secas.
Pues bien, el otro día se dio la circunstancia de que tuve que ir al banco a ingresar una pequeña cantidad de dinero, 50 euros para mas señas y... ¡milagro!, no había ninguna vieja delante de mi, sino detrás. Lo que a continuación os narraré es el espeluznante relato de una gestión bancaria. No es apta para cardiacos, así que si alguno de vosotros padece algún tipo de afección coronaria, mejor que deje de leer ahora o callará para siempre:
- Kaskete.- Buenos días, quisiera ingresar 50 euros.
- Cajera.- ¡Poco me parece! Que pasa... ¿Que no tenía usted una cantidad mas pequeña?
- Kaskete.- Hombre, puede que si la comparamos con la inmensidad del océano parezca pequeña, pero cuantos niños la querrían como asignación semanal para gastársela en caramelos, altramuces o prostitutas de medio pelo.
- Cajera.- Venga, dame la tela ya... ¡que no tengo el chichi para farolillos!
- Kaskete.- ¡Habrase visto! ¡Que poquita educación! Me dan ganas de llamar al encargao para que la pongan un apercibimiento...
- Una Vieja.- Oiga joven, que sea usted bello, esbelto, apolíneo e inmarcesible no le da derecho a levantar la voz a la señorita.
- Kaskete.- Disculpe, venerable anciana... ¿Pero a usted quien le ha dao vela en este entierro?
- Una Vieja.- ¡Un respeto a las canas!
- Kaskete.- De momento no la he dicho a usted que sea falta, ni la he dedicado epítetos mas gruesos, cosa que por otro lado no descarto; asi que haga usted el favor de dejarme concluir mis gestiones. A ver cajera... ¡Ahí va ese billetaco!
- Cajera.- ¡Este billete es mas falso que el alma de judas!
- Kaskete.- ¡Tu si que eres falsa! ¿Con que me quieres salir, con el viejo truco del billete falso? Devuélveme lo que es mío...¡ladrona!
- Una Vieja.- ¡Rojo! ¡Degenerado! ¡Asesino! ¡Anarquista!
- Kaskete.- Por el amor de Dios, señora, sosiéguese... ¡que se le va a estallar la faja!
- El Encargao.- ¿Que ocurre aquí? ¿Hay algún problema?
(Continuará...)
Gracias Kaskete! o, como aquí serás llamado, Don Quijote, J. Reilly
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